VERONA, Nueva York – Lucas Matthysse venció por decisión mayoritaria a Ruslan Porvodnikov en una verdadera guerra que tuvo como sede el ring de Verona, Nueva York.
El argentino y el siberiano nos regalaron una verdadera guerra, no dejaron nada arriba del ring, el público les agradeció la entrega con aplausos, se pusieron de pie al terminar la batalla, una pelea épica.
Matthysse salió con todo, para él no existió el round de estudio, metió buenas condiciones, tenía bien fijada la guardia, después de soltar las manos siempre las regresaba al cuerpo, ataca muy bien. Provodnikov se vio un poco lento, no encontró ningún hueco para poder perforar la defensa de su rival.
La ‘Máquina’ salió como tal para la segunda vuelta, apenas iniciaba el asalto y un poderoso derechazo abrió la ceja izquierda del ruso, quien recibió castigo a diestra y siniestra, herido en el amor propio, Provodnikov sacó todo y conecto dos ganchos de izquierda que sacudieron a Matthysse, cuando el episodio agonizaba, entraron en un furioso intercambio de golpes.
El siberiano sacó su mejor boxeo en el tercer y cuarto rollo, tiró varios volados de derehca e izquierda, Matthysse perdió el sentido de la distancia y los bombazos entraron en la guardia, Provodnikov por fin pudo vencer la resistencia del argentino e hizo sentir su dinamita.
El argentino volvió a tomar las riendas de la contienda en el quinto y sexto episodio, se acordó del jab, de no entrar a bayoneta calada, manejó bien los tiempos de la batalla, el pampero tiraba sólidos martillazos, Provodnikov recibía todo, el ruso impresionaba por su valentía, por el ansía suicida en el que iba a buscar a su enemigo.
Matthysse mostró un poco de cansancio en el octavo asalto, se dejó llegar de más a Provodnikov, quien poco, pero aprovechó la poca movilidad del sudamericano.
La cara del ruso estaba deformada, tenía los dos pómulos inflamados, además del corte en la ceja izquierda, pero aun así nunca dejaba de ir hacía adelante, siempre buscaba la humanidad de Matthysse, quien ya entraba, pero no salía, las piernas no eran las mimas de los primeros episodios.
Matthysse y Provodnikov se dieron con todo en el onceavo round, entraron a batirse, no dieron un paso atrás, el argentino se tambaleó por unos segundos, pero se puso firme sobre el ring y entró a intercambiar cuero, los dos se dieron con todo, el mejor round de la batalla.
En el último asalto Provodnikov trató de noquear al argentino, pero éste fue inteligente, busco entrar a la guardia del siberiano, sin embargo, no se fue de todo al frente, había porbado el poder de su enemigo, así que lo mantuvo a distancia, pero no sólo con el jab, también conectó sólidos derechazos, al final del combate los gladiadores se fundieron en un abrazo solidario, deportivo, habían dejado todo arriba del ring.
El veredicto de los jueces fue: 114-114- y 115-113 en dos tarjetas para darle el triunfo a Lucas Matthysse.
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