por Damián Cassino.
fotos: web
Seguramente el nombre de Frank Sinatra estará ligado a la música por siempre, es que su voz es una leyenda. Escucharlo interpretar My Way, New York, New York o Strangers in the Night es una caricia a nuestros oídos, pero los amantes del boxeo lo tuvimos cerca de este emblemático deporte, y la historia dice así...
Desde pequeño empezó a conocer el arte de pegar y no dejarse pegar, la
pasión deportiva se despertó a muy temprana edad, cuando miraba a su padre ponerse los guantes de box, Anthony
Sinatra fue un inmigrante italiano que llegó a los EEUU acompañado de su
familia y que con el tiempo entre otras cosas empezó a boxear para ganarse la
vida.
Los inmigrantes no eran muy tenidos en cuenta en aquella época, es por
eso que Anthony Sinatra se le ocurrió cambiar de nombre para comenzar su
carrera boxística, adoptando el nombre de Marty O´ Bryen, acto que le permitió
hacer muchos combates, pero un lesión en
la mano lo saco de carrera y fin al boxeo.
Sin embargo este deporte calaba hondo en alguien de la familia, ese era
su hijo Frank. Su vida empezó a mezclarse entre una voz particular y la atracción al pugilismo. El Caesar Palace de
las Vegas era como el patio de su casa, tenía sus boxeadores favoritos, quienes
asistían a sus grandes shows, pero él
tampoco faltaría a las grandes peleas de las Vegas.
Sinatra fue un amante del box, con muchos conocimientos técnicos que lo hacían
casi un experto, pero sus canciones seguían enamorando al mundo, The Way You
Look Tonight, Come Fly With Me, sonaban por las radios de las grandes capitales
y cada vez fue más solicitado en el mundo.
En un momento difícil de su carrera armó su guardia y se aferró más al
box, pero esta vez lo iba hacer al borde del ring. La cita fue el Legendario Madison Square
Garden de Nueva York, el 8 de Marzo de 1971, Frank era aficionado a la fotografía y fue la excusa
perfecta para estar presenciando una de las
históricas peleas entre Muhammad Alí y Joe Frazier. Nadie quería faltar,
Woody Allen, Burt Lancaster, el novelista Norman Mailer entre tantos eran de la partida. Sinatra lograría ser un espectador de
privilegio, y lejos estaba de conseguir entradas en las primeras filas y su
corazón en el boxeo lo llevaron a pensar una estrategia magistral, y consiguió
ser contratado por la Revista Life como fotógrafo oficial.
Sinatra quería que ganará Frazier, ya que eran conocidas sus diferencias
de pensamiento con el “Mas Grande” y la
pelea fue para Frazier en la única que le pudiera ganar a Alí de las tres que
sostuvieron.
Pero aquello fue historia, por eso siempre diremos que el intérprete de
“I Won´T Dance” y “Something Stupid” siempre cantó con los guantes puestos..
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