Por Gustavo Nigrelli
https://www.diariopopular.com.ar/boxeo/el-gran-bonete-n304973
¿Yo señor? Sí señor. No señor. ¿Quién tiene la culpa en la nueva postergación –que parece definitiva- de la eliminatoria al gallo FIB entre Omar Narvaes y el boricua Manny Rodríguez? ¿Un formulario con el apellido de Narvaes mal escrito? ¿Poco interés del argentino? ¿O hay algo en la FIB contra Osvaldo Rivero –su mánager-, al que hace tiempo le cancelan sus chances? La FIB bajará a Narvaes al 10º puesto
Lo que explicaremos a continuación, es un caso en donde hay dos campanas de un mismo hecho y ambas se acusan, cada cual con sus razones, entorpeciendo su reconstrucción.
Por consiguiente, lo más sensato es transmitir todas las versiones posibles, documentos, pruebas y reflexiones que existan para entender el problema, y que cada quien haga de juez. Al final del camino quedará claro que la cosa no pasa por quién tenga o no la culpa.
Este sábado que acaba de irse, debió haber peleado Omar Narvaes en Puerto Rico, por una eliminatoria mundialista a la corona gallo FIB que ostenta el inglés Lee Haskins, ante el invicto y joven local Emmanuel “Manny” Rodríguez (24 años, 16-0-0, 11 KO), cosa que no sucedió.
La pelea ya había sufrido 3 –algunos dicen 4- postergaciones, y ahora sufrió una cuarta y tal parece que definitiva, esta vez por una razón insólita, que pese a las diferentes voces no logra esclarecerse bien quién fue el responsable, pues se culpan unos a otros.
Ni falta que hace, ya que las anteriores suspensiones fueron de ambos bandos, y no tiene caso definir quién es el responsable de ésta, ya que tanto uno como otro tuvieron dificultades en su momento.
Esto, y el tema de que ni siquiera estaban pactadas desde allí las entrevistas para acudir a las audiencias con la Embajada yanqui –como parece ser que corresponde con lo celosos que están allá desde la llegada de Donald Trump al gobierno-, hizo que recrudecieran viejos problemas, y esta sea la gota que rebalsó el vaso.
Lo curioso es que la reserva de los pasajes de la delegación argentina, incluido el de Narvaes, estaban escritos correctamente, con “S” final, ya que Rivero previamente les había enviado escaneado el DNI de su pupilo. ¿Por qué entonces escribieron mal el que debían llevar para tramitar la visa de trabajo, que era el más importante, ya que sin la cual no hay pasaje que valga? ¿Por qué entonces escribieron mal el que debían llevar para tramitar la visa de trabajo, que era el más importante, ya que sin la cual no hay pasaje que valga? ¿Por qué entonces escribieron mal el que debían llevar para tramitar la visa de trabajo, que era el más importante, ya que sin la cual no hay pasaje que valga?
Rivero sostiene que los pasajes tampoco se los habían enviado, sino que apenas fueron las reservas, y que luego los tenía que tramitar acá en la Embajada, donde los turnos los dan con mucha demora y no hacían a tiempo.
El colega Andrés Mooney, de la página “A la vera del ring”, documentó una nota con información y material que obtuvo del lado del puertorriqueño, con los pasajes escaneados.
A todo esto, cabe aclarar que en principio, quien ganó la licitación el 27 de octubre del año pasado para organizar el combate fue OR, y que la misma sufrió primero una postergación en diciembre de la que poco se habló -cuyos motivos nunca quedaron del todo claros-, y otra el 14 de enero, donde por problemas de pantalla de TV se cayó la fecha.
Pero ellos también aplazaron dos veces. Del 4 de marzo que se había pactado en principio, se pasó para el 11 por problemas no atinentes a Narvaes, y luego volvió a posponerse porque se lesionó el colombiano Oscar Escandón, que iba a ser el protagonista del fondo de esa velada. De allí que se corrió para el 25 -el sábado pasado-, en una tercera fecha, aún dentro de los plazos legales.
De Puerto Rico dicen que cuando se enteraron del problema de la visa llamaron a Rivero para intentar solucionarlo, pero que éste no los atendió, ni se mostró interesado.
Rivero dice que le querían enseñar cómo tratar con la Embajada norteamericana acá, sabedor de cómo funciona ésta, con la experiencia cercana del mendocino Jonathan Barros y las peripecias que padeció para viajar a Las Vegas a enfrentar al campeón Lee Selby por el pluma FIB.
Barros viajó de contrabando con visa de turista, porque si no no llegaba al pesaje, y hasta tuvo que intervenir el embajador en USA, Martín Lousteau para agilizar los trámites y turnos. Pero Narvaes no tiene visa de turista.
Así las cosas, con información encontrada desde uno y otro lado, con argumentos válidos y entendibles donde sobresale la evidencia irrefutable del yerro al escribir el apellido de Narvaes con “Z”, la FIB podría haber ordenado nueva fecha.
Pero no.
La FIB directamente dejó al argentino sin chance, lo bajó del 3º al 10º puesto del ránking por 6 meses, y para volver a subirlo le exige volver a ganar una pelea, sin garantías del puesto en dónde irá a reubicarlo. Es decir, Narvaes perdió la chance. La FIB salió a favor de la gente de Hernández, sin neutralismo.
A esto hay que sumarle el tema de Diego Chaves, cuando el inglés Kell Brook a días de la pelea contra el bonaerense acusó una lesión incomprobable, y que cuando aquel reapareció eligió a otro rival, dejando de lado a “La Joya”.
Y luego lo de Jonathan Barros, a quien le encontraron “hepatitis C” el día del pesaje ante el inglés Lee Selby, que en la contraprueba se demostró que no era tal, pero al que le hicieron perder su pelea titular tras haber ganado una eliminatoria en Japón.
¿Casualidad o causalidad?
Algo se rompió entre la FIB y OR, que durante este último tiempo tenían relaciones carnales. Es evidente. La cosa no pasa ni por quién quiso, ni por quién no quiso. Tampoco por quién postergó o no. Lo cierto es que con diferentes excusas se está bajando un mensaje de corte de relaciones.
Y detrás de esto parecieran esconderse otros intereses creados, contrapuestos a los de Rivero, o mejor dicho, enemigos, que le están pasando factura en alianza con el presidente de la entidad Daryl Peoples, que a la larga no tardará en extenderse hacia el presidente del Comité de Clasificaciones, el argentino Aníbal Miramontes aliado de Rivero.
A Narvaes le puede quedar otro camino por la OMB, donde también está 3º en gallo, reflotando los lazos con Paco Valcárcel, su presidente, que casualmente, también puertorriqueño.
Este sábado que acaba de irse, debió haber peleado Omar Narvaes en Puerto Rico, por una eliminatoria mundialista a la corona gallo FIB que ostenta el inglés Lee Haskins, ante el invicto y joven local Emmanuel “Manny” Rodríguez (24 años, 16-0-0, 11 KO), cosa que no sucedió.
La pelea ya había sufrido 3 –algunos dicen 4- postergaciones, y ahora sufrió una cuarta y tal parece que definitiva, esta vez por una razón insólita, que pese a las diferentes voces no logra esclarecerse bien quién fue el responsable, pues se culpan unos a otros.
Ni falta que hace, ya que las anteriores suspensiones fueron de ambos bandos, y no tiene caso definir quién es el responsable de ésta, ya que tanto uno como otro tuvieron dificultades en su momento.
El Huracán Narvaes se anotó otra gran victoria y extendió su reinado, en su segunda defensa de la corona supermosca OMB.
Los problemas vienen de arrastre, y tienen que ver con los que la empresa OFR Promotion de Osvaldo Rivero –manejador de Narvaes- mantiene últimamente con la FIB, y en particular con la gente del boricua Manny Hernández, donde operan el promotor estadounidense León Margules, quien a su vez trabaja con Al Haymon, con Sampson Lewkowicz, y algunos más, todos enfrentados personal y empresarialmente con Rivero en forma acérrima.
A todo esto, cabe aclarar que en principio, quien ganó la licitación el 27 de octubre del año pasado para organizar el combate fue OR, y que la misma sufrió primero una postergación en diciembre de la que poco se habló -cuyos motivos nunca quedaron del todo claros-, y otra el 14 de enero, donde por problemas de pantalla de TV se cayó la fecha.
De Puerto Rico dicen que cuando se enteraron del problema de la visa llamaron a Rivero para intentar solucionarlo, pero que éste no los atendió, ni se mostró interesado.
Barros viajó de contrabando con visa de turista, porque si no no llegaba al pesaje, y hasta tuvo que intervenir el embajador en USA, Martín Lousteau para agilizar los trámites y turnos. Pero Narvaes no tiene visa de turista.
Pero no.
La FIB directamente dejó al argentino sin chance, lo bajó del 3º al 10º puesto del ránking por 6 meses, y para volver a subirlo le exige volver a ganar una pelea, sin garantías del puesto en dónde irá a reubicarlo. Es decir, Narvaes perdió la chance. La FIB salió a favor de la gente de Hernández, sin neutralismo.
A esto hay que sumarle el tema de Diego Chaves, cuando el inglés Kell Brook a días de la pelea contra el bonaerense acusó una lesión incomprobable, y que cuando aquel reapareció eligió a otro rival, dejando de lado a “La Joya”.
Y luego lo de Jonathan Barros, a quien le encontraron “hepatitis C” el día del pesaje ante el inglés Lee Selby, que en la contraprueba se demostró que no era tal, pero al que le hicieron perder su pelea titular tras haber ganado una eliminatoria en Japón.
¿Casualidad o causalidad?
Algo se rompió entre la FIB y OR, que durante este último tiempo tenían relaciones carnales. Es evidente. La cosa no pasa ni por quién quiso, ni por quién no quiso. Tampoco por quién postergó o no. Lo cierto es que con diferentes excusas se está bajando un mensaje de corte de relaciones.
A Narvaes le puede quedar otro camino por la OMB, donde también está 3º en gallo, reflotando los lazos con Paco Valcárcel, su presidente, que casualmente, también puertorriqueño.
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