Por Gustavo Nigrelli
La derrota de Los Cóndores por 5 a 0 frente a Bakú, reflejó una evidencia que no hacía falta comprobar con la participación en la Liga WSB de AIBA. Bienvenidos a la realidad
“No hay pedazo que les venga bien”, diría el “Coco” Basile. La derrota de Los Cóndores del sábado en Bakú, en las 5 categorías en las que se compite, generó decepción en algunos y críticas en otros, que tal vez pensaban en una victoria.
Cabe acotar que Bakú (Azerbaiján), además de hacer las veces de local –con las ventajas que ello implica-, es potencia en boxeo olímpico, candidato a medallas, y conforma el temido bloque euroasiático que desplazó a Cuba del liderazgo.
Ni con todo su potencial Argentina hubiese podido conseguir siquiera 1 punto ante Bakú, aún cuando sea local, y al no poder repetir boxeadores de una semana a la otra (viene México el viernes a Tucumán), la estrategia del equipo fue reservar a los que se consideran más fuertes para la condición de local, donde hay más chances teóricas.
Por lo tanto, haber pensado en triunfos de visitante, es como pedirle peras al olmo, o buscar oro en un yacimiento de estaño. Sería equivalente a reclamar una medalla olímpica. De hecho, suele esgrimirse como crítica el argumento de que Argentina no consigue una desde Atlanta ’96 (bronce de Pablo Chacón), como si antes fuera algo normal. Chacón cortó una sequía de 28 años sin una mísera presea en boxeo.
Acá se cuestiona cuando los buenos enfrentan a mediocres, o se traen “bultos” para proteger a la figurita local. Ahora que lo harán ante los mejores -dentro de ciertos límites- debiera felicitarse, más allá de triunfos y derrotas, o una realidad poco grata. ¿No era el reclamo?
No obstante, los “titulares” pueden caer también como locales ante México el viernes, porque, a no engañarse, de los seis del grupo A, Argentina con suerte peleará el 4º lugar contra Polonia y Argelia, y está lejos de Bakú, Rusia y México, más aún cuando sea visitante. ¿Es una novedad?
A los JJOO de Londres se clasificaron apenas dos argentinos (Melián y Peralta), y lo hicieron en el último grito. Ambos están en la Liga WSB, aunque contra Bakú sólo viajó Melián, y dejó a Fernando Martínez de local en 54 kg y a Peralta en 85.
Melián perdió en 1º rueda en Londres en 56, casi del mismo modo en que lo hizo esta vez ante el campeón de la IIª edición WSB, o sea, ante un fierro.
Perrín, que es más chico de físico que Melián y perdió ante éste una eliminatoria en la FAB, viajó en una categoría mayor (61 kg), a enfrentar a quien parecía Gulliver (para colmo, ex campeón mundial amateur). Una diferencia como si se enfrentara Narvaes y La Hiena Barrios. Hizo lo que pudo, porque Juan Carrasco –el titular- no está disponible y a Germán Benítez –profesional- lo reservaron para México.
También se guardó en 73 a Brian Castaño (o a Henry Polanco que no pudo viajar por problemas de pasaporte) y en 85 kg a Yamil Peralta, reemplazados por Juan José Velasco (el de mejor desempeño) y un profesional invicto en 11 peleas como Facundo Simal, que terminó todo cortado. ¿Había uno mejor en 85?
No permiten entrar a púgiles como Narvaes o Maravilla Martínez, por ejemplo, y recordar que el Chino Maidana y Lucas Matthysse, en esta etapa ni se clasificaron a los Juegos.
Lo negativo fue lo de Maxi Sosa en +91, que hizo papelones, aunque bien pudo haber perdido por KO 1 (fue KOT 4). Pero se llegó a escuchar si se seleccionó bien, o si no había otro para mandar.
Sosa fue el titular de la selección nacional hasta recién, es decir, el mejor en su peso acá. Y profesionales pesados hay poco y nada. La Mole Moli tiene 43 años y pasó las 15 peleas rentadas que ponen como límite. Teófilo Stevenson murió, Bonavena también, Savón y Tyson se retiraron. Esto es lo que hay, y es hora de entenderlo, más que de criticarlo.
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