BROOKLYN, Nueva York - Brooklyn tuvo que esperar más de 81 años para tener una pelea por campeonato mundial, la espera no valió la pena. Devon Alexander (24-1, 13 KO’s) y Randal Bailey (43-8, 37 KO’s) se enfrentaron por el título welter de la FIB en poder del segundo, dieron un pobre espectáculo y en los 12 rounds que duró la contienda fueron abucheados, al final ‘The Great’ se llevó la victoria por decisión unánime.
Alexander y Bailey no salieron a matarse, se tomaron las cosas con calma en el primer round, Devon caminaba hacia atrás mientras que su enemigo lo perseguía por el cuadrilátero, el primer round termino entre la desaprobación del público.
Los dos boxeadores con más ganas de pelear en el segundo asalto, el ansía por salir a ofender muchas veces terminaba en choques o abrazos involuntarios, lo que hacía que la contienda se tornara sin continuidad. Alexander tuvo una mejor actuación al tirar más golpes y estar más suelto en la tarima.
La pelea no terminaba por explotar, a mitad del cuarto round la gente empezó a presionar a los boxeadores con abucheos, ni Bailey ni Alexander aflojaban los músculos arriba del ring, era una contienda lenta y sin muchas emociones, lo más emocionante fue una caída accidental de Devon al termino del asalto.
Como en los primeros cuatro capítulos, la acción comenzó lenta en el quinto rollo, fue hasta que Bailey descargo una potente derecha al rostro de Alexander que la gente pudo gritar por emoción y no por aburrimiento, pero todo quedó en un simple golpe, aunque la temperatura ya subía en Brooklyn.
Fríos, congelados, así estaban Alexander y Bailey arriba del ring, soltaban pocos golpes, lo único interesante en quinto episodio fue cuando el réferi le restó un punto a cada peleador por agarrar la cabeza cada que había un clinch en el sexto round.
Alexander buscaba más el combate en el contragolpe y era donde sacaba mejores dividendos, los mejores golpes los conectaba él ante un Bailey que iba al frente, pero poco daño hacía, cuando concluyó el séptimo asalto los aficionados volvieron a reprochar la pobre actuación de los púgiles.
En el octavo y noveno episodio, poco hubo que contar. Alexander y Bailey seguían en el mismo ritmo de pelea, muy lento, continuaban amarrados, ninguno se animaba a soltar las manos, el público los abuchea, les exigía mayor espectáculo.
Para alivio de los aficionados, la pelea sólo duró 12 rounds, la decisión recaía en los jueces, quienes tendrían una gran tarea al calificar la contienda, una muy cerrada y aburrida, la mejor calificación fue el coro de chiflidos y abucheos por parte de la gente que se dio cita en la arena.
Los jueces percibieron que Alexander buscó más la victoria y se la dieron por decisión unánime 115-111, 116-110, 117-109.
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