jueves, 3 de junio de 2010

RINCON DEL RECUERDO


por Damián Cassino.

ALFREDO BUNETTA

Bunetta nació en Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina, el 10 de febrero de 1933 Fue campeón rosarino y luego Argentino en la categoría pluma, en un memorable combate contra el entonces campeón argentino José "Cucusa" Bruno, el 19 de marzo de 1955. En 1956 perdió el título frente a Manuel Sixto Álvarez, lo recuperó el 18 de diciembre de 1959 y lo perdió nuevamente en 1960, a los 26 años se retiró del boxeo. Su carisma y la inmensa popularidad adquirida en los memorables combates con Ricardo González lo hicieron un boxeador inolvidable.

Pero fue en ese tiempo cuando nació el duelo que más se recuerda en el mítico estadio Luna Park: el que protagonizó con González"El Cabezón", boxeador de clase y de batalla, un grande. Pelearon siete veces,y Bunetta sólo ganó una. Pero siempre quedaba un resquicio después de cada dramático espectáculo de toma y daca. En esos tiempos Tito Lectoure daba sus primeros pasos como promotor. El Luna Park estaba en la cima de su misterioso encanto del sábado a la noche. Y había peleas para elegir. Entonces, el clásico González-Bunetta se trasladó a los miércoles. Y el estadio explotaba también en medio de la semana.
A fines de 1959, Bunetta tenía el desafío homologado y González no respondió. Por eso el tenaz boxeador volvió a ostentar el cinturón de campeón. Por poco tiempo. Aldo Gamboa lo derrotó por nocaut técnico en el 12º asalto en agosto de 1960. Al año siguiente, con apenas 26 años, Alfredo Bunetta colgó los guantes e instaló un quiosco de venta de diarios y revistas en calle San Martin, en su Rosario natal. Había sido muy dura su campaña de peleador aguerrido. Porque en 10 años (empezó a los 16) realizó 137 peleas, con 94 triunfos, 21 derrotas y 22 empates. Pero aquellos siete enfrentamientos con Ricardo González —aun desfavorables— fueron la llave de su gran popularidad.
El 14 de Agosto de 2007 fue declarado "DEPORTISTA DISTINGUIDO POST MORTEM" de la ciudad de Rosario, en la cual nunca lo habrán de olvidar.

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